Un día más
La situación se había complicado mucho y muy rápido. Habían conseguido llegar a la sala de servidores y Payload había establecido la conexión con el terminal. Estaba segura de que ella no había saltado las alarmas porque su hackeo fue impecable. Configuró su cyberdeck para detectar cualquier posible programa de vigilancia antes de que éste lo detectara a ella y los fue esquivando sin demasiados problemas.
Pero aún así la alarma saltó. Luces rojas parpadeaban por todas partes mientras un sonido de sirena llenaba el silencio del lugar. Payload miró el terminal de su consola mientras se echaba hacia atrás la melena azul y lisa que le caía por encima del hombro. Se apoyó en una de la docena de torres de ordenadores que había en la sala y que se levantaban hacia el techo como pequeños edificios llenos de luces de varios colores fijas o parpadeantes.
Shadow gruñó mientras se parapetaba detrás de otra de las torres que le daba visibilidad hacia la puerta de entrada. Había hecho bien en pedirle que la acompañase. Simplemente el trabajo le daba mala espina y su compañera le proporcionaba la tranquilidad de poder entrar en la red en Realidad Virtual sin tener que preocuparse por su cuerpo físico.
La corpulenta y alta street samurai había traído su armadura ligera de policarbonato de color naranja y negro, su pistola semiautomática Kors Destroyer y un rifle de asalto Arcangel P99-R, pero esa era solo la primera capa de su arsenal. Contaba con múltiples implantes tales como brazos sintéticos con varios dispositivos, ojos conectados a los sistemas inteligentes de sus armas o implantes subdermales para aguantar golpes e incluso disparos de calibres bajos. Era el equivalente a un pequeño batallón de soldados.
Shadow miró a Payload como buscando explicaciones:
- No he sido yo. Calculo que tenemos menos de un minuto y medio, así que cambio de táctica. Me meto en Realidad Virtual, saco la info y salimos cagando leches.
- Más te vale. - respondió la street sam.
Mientras Payload entraba en el trance al que entran los hackers cuando se meten en VR, Shadow comprobó el cargador de su rifle de asalto y la conexión inteligente que lo unía a sus ojos cibernéticos. Luego hizo un escaneo rápido de la sala, cogió la Kors Destroyer y reventó las dos luces rojas de alarma que estaban parpadeando en las paredes junto a la puerta. Finalmente ajustó los ojos para visión nocturna.
Payload ya estaba dentro del flujo de datos del host de la corporación en la que se habían infiltrado. Vitaly Euromeds era una subsidiaria de una subsidiaria de Naestor Inc. No era muy importante en el gran esquema corporativo, y como todas las cosas que no son muy importantes, era especialmente útil para esconder información delicada que necesitaba pasar desapercibida. Lo cual, irónicamente, la convertía en algo muy importante si sabías lo que buscabas.
Echó un vistazo a los sistemas y encontró el control de puertas y de alarmas. Se tomó unos segundos para desactivar las alarmas y cerrar algunas puertas. Eso les daría un par de minutos más. Mandó un mensaje a Shadow para informarla y luego se puso manos a la obra para la parte importante del trabajo.
Encontró el repositorio de documentos y desplegó unos programas para hacer una búsqueda en profundidad. Usó toda la capacidad de su deck para desplegar tantos como pudiera. Se dejó un poco de espacio para los programas defensivos que no tardarían mucho en aparecer, pero su plan no era combatir, sino ir todo lo rápido que pudiera y salir antes de que se complicase todo demasiado. Significaba hacer mucho ruido, pero ya habían pasado ese punto hacía rato.
El cliente tenía que habérsela jugado. Todavía no tenía muy claro por qué, pero ni ella ni Shadow habían hecho saltar las alarmas. De hecho habían hecho una infiltración de las que hacen historia. Además los documentos que había venido a buscar existían. Payload se había asegurado de ello haciendo una extensa y detallada comprobación de la información proporcionada por el cliente. Todo era veraz y tenía lógica.
El cliente pertenecía a otra de las subsidiarias de Naestor Inc. que competía con Vitaly. No era raro que incluso entre subsidiarias de una misma megacorporación se espiaran y se destruyeran unas a otras. Era simple darwinismo empresarial. Mientras los programas buscaban entre el lago de archivos, Payload se puso a curiosear en busca de información sobre Western Medicals.
Habían pasado ya casi cinco minutos cuando uno de los programas reportó resultados. Casi al mismo tiempo, los demás programas empezaron a desaparecer uno a uno. Los sistemas de defensa los habían encontrado finalmente. Payload lanzó un programa señuelo para ralentizar las defensas, analizó los resultados, copió los archivos y desconectó rápidamente antes de que el señuelo cayera.
- ¡Lo tengo! - dijo Payload al volver al mundo real.
Saltaron chispas del ordenador que estaba a su lado mientras se oía el sonido rítimico de un rifle de asalto. Luego hubo un breve instante de silencio mientras se oía un cargador salir del rifle y una mano asiendo el siguiente. Payload se asomó y vió a Shadow salir del parapeto del ordenador a una velocidad cegadora, saltar por encima del escritorio que había junto a la entrada de la sala y caer sobre el guardia de seguridad que estaba recargando torpemente su arma.
Del brazo de Shadow salió una descarga electrica de varios amperios y el cuerpo inerte del guardia cayó junto a sus dos compañeros. Se levantó con una sonrisa y se atusó su corto y rubio cabello para quitarse la gota de sudor que le caía por el costado.
- Pues vámonos. Esto era solo la avanzadilla. He oído por radio que vienen dos aerocargos con más tropas y no he traído suficiente purpurina para la fiesta.
- Mierda. - Payload abrió comunicador con Plaster, que les esperaba con la furgoneta. - Cambiamos a punto B de extracción. No podemos salir por la puerta trasera. Dos aerocargos en camino, intenta no llamar la atención.
- ¡Oído! ¿Voy pidiendo pizza para cenar? - Dijo el conductor.
- Negativo. Primero tenemos que ir a hablar con cierto cliente. Y además hoy es jueves de sushi.
- ¡Odio el sushi!
- Pero somos dos contra uno y además estamos haciendo el trabajo duro. - respondió socarrona Shadow.
Salieron de la sala de servidores y llegaron a los pasillos blancos e inmaculados de las oficinas de la corporación. Bajaron por las escaleras de emergencia las seis plantas hasta encontrar una compuerta que iba hacia los sótanos y de ahí encontraron una escotilla de alcantarillas que no había usado nadie en mucho tiempo. Plaster había hecho bien su trabajo buscando información sobre la construcción del edificio de oficinas.
Varios minutos más tarde estaban ya a una distancia de tres calles. Salieron a un callejón y vieron la furgoneta azul claro aparcada al final del mismo. En el interior les esperaba Plaster con su camiseta hawaiana, su ridícula perilla y su pelo negro peinado con un enorme tupé. A Payload no le importaba el nulo sentido estético de su compañero. Cuando se ponía al mando de sus vehículos y sus drones era uno de los mejores y eso era lo único que importaba.
Subieron, Plaster puso en marcha la furgoneta y se alejaron del lugar confundiéndose con el tráfico. De fondo se veían las luces rojas de los aeros aterrizados ya en la azotea.
- ¿Y ahora qué? - preguntó Shadow.
- El cliente nos la ha liado. - dijo Payload.
- ¿Y qué vamos a hacer?
- Decírselo a Dimitri, claro.
- Uuf... - resopló Plaster.
- Exacto.
Peter Willowsmith estaba nervioso. El maldito arreglador ruso lo había citado para darle los documentos, aunque eso no le servía de una mierda. Pero bueno, lo iba a arreglar en seguida. Habían quedado en un territorio neutral y abandonado, unos almacenes de las afueras. Iba con dos guardias y había otros cuatro más apostados en puntos altos con rifles de francotirador.
El ruso llegó junto con la chica hacker de pelo azul y largo de la primera reunión. No sabía por qué ese hombre de mediana edad, acento extranjero y un poco de sobrepeso le ponía tan nervioso. Quizás era esa media sonrisa sempiterna en su cara arrugada, como si no supiera con quien estaba tratando. Si Peter quería hundirlo en la miseria, así iba a ser. Y era lo que Peter más quería en estos momentos.
- Tenemos los documentos, señor Willowsmith. Pero parece que ha habido un error.
El acento ruso del arreglador era muy marcado. Peter tuvo un escalofrío. Se suponía que no tenían que saber su nombre. Él no lo dió.
- ¿Qué quiere decir? - sonrió un poco confundido, con su mejor sonrisa corporativa para aplacar reprimendas.
- Quiero decir, señor Willowsmith, que usted ha pensado que mis chicos son unos novatos imbéciles que no saben aguantar su caca sin usar pañales. - Dimitri dijo toda la frase con una gran sonrisa. - ¿Cuales eran los objetivos, querida Payload?
- El señor Peter Willowsmith, que trabaja para la Western Medicals, quería los documentos relativos al plan de desarrollo secreto del año que viene de Naestor Inc. Plan de desarrollo que incluye destruir varios barrios pobres de la ciudad para edificar su nueva arcología de forma bastante ilegal, pero pagada a base de sobornos y chantajes.
- ¿Y cuales eran los verdaderos planes del señor Willowsmith, Payload, querida? - preguntó de nuevo Dimitri.
- No entiendo que... - empezó a decir Peter.
- ¡Señor Willowsmith! - cortó Dimitri - Se va a quedar usted callado hasta que le de permiso para hablar.
Peter cerró la boca de golpe. Estaba sudando. No podían saber lo que tramaba en realidad, ¿verdad?
- El señor Willowsmith esperaba que los guardias contratados por Vitaly Euromeds nos detuvieran o, incluso mejor, nos mataran. De esta forma Naestor Inc. se daría cuenta que sus competidores habrían descubierto donde se escondía la información confidencial, en los servidores de Vitaly, y tendría que moverlos a la siguiente fachada disponible, es decir, Western Medicals. El señor Willowsmith era el contacto encargado y sus jefes en la WM, para los que está llevando a cabo este trabajo, le iban a triplicar el sueldo.
Peter empezó a reír de forma histérica y se puso a aplaudir.
- ¡Bravo!¡Magnífico! Jajajajaja - sus ojos estaban desencajados. - Y como comprenderán, no puedo dejar testigos, así que...
Levantó un brazo y chasqueó los dedos. Se oyeron dos disparos, uno detrás de otro. Para su sorpresa sus dos guardias cayeron al suelo. Payload no podía verla, pero supo que Shadow estaba sonriendo otra vez. Sobre sus cabezas se oyeron las hélices del dron volador de Plaster.
- El área está despejada. Los chicos de Dimitri han dado cuenta de los francotiradores en cuanto los localicé. - dijo por el comunicador.
Dimitri seguía mirando a Peter, pero ya no sonreía.
- Su error señor Willowsmith, como ya le he dicho, ha sido considerar que mis chicos eran unos inútiles. Verá, usted podría haberlos contratado para llevar a cabo sus planes: hacer un poco de ruido en Vitaly, dejar uno o dos cuerpos de señuelo y, en fin, hacerlo todo un poco más profesional. Pero la codicia le ha podido y ha pensado que podría ser más inteligente que nosotros.
Peter se arrodilló en suelo.
- Por favor, no me maten... - suplicó.
- ¿Matarle? - Dimitri rió estupefacto y miro a Payload claramente divertido - ¿Matarle? No señor Willowsmith, no pienso matarle. Ni yo ni mi equipo. Le vamos a hacer algo peor. - se acercó a Peter. - Vamos a enviar un informe a Naestor Inc. En ese informe explicaremos con pelos y detalles lo sucedido. Explicaremos que tenemos los datos de sus planes, así que a menos que quieran que se hagan públicos, nos van a dejar en paz. Porque nos ha metido usted en un problema de la hostia con todo esto y encima no nos va a pagar. Por lo tanto, tendrán que buscar una cabeza de turco para dar ejemplo. Así que no, no vamos a matarle. Vamos a dejar que sus jefes y los jefes de sus jefes lo hagan por nosotros.
Dimitri le dió un puntapié en la cara que lo lanzó al suelo, grito algo en ruso y él, Shadow y los demás se fueron del almacén.
Cuando ya habían salido, se oyó el sonido sordo de una pistola descargándose una única vez. Después de todo, no iban a ser los jefes de Peter los que acabasen con él.
Más tarde Payload, Shadow y Plaster estaban en el puesto de sushi junto a su apartamento. Plaster se había bebido ya cinco cervezas y había quedado totalmente inconsciente sobre el mostrador. Shadow jugueteaba con los palillos mirando su propio vaso un poco aburrida.
- ¿En serio le va a decir Dimitri a Naestor Inc. lo que ha sucedido? - Preguntó Shadow a Payload.
- Ni de coña. Poco antes de la reunión me pidió que lo mandase a varias cadenas informativas independientes.
- ¿Eso no nos traerá problemas a nosotros?
- Puede. Pero Dimitri no parecía preocupado.
- Entiendo. - hizo una pausa - La verdad es que Dimitri me da miedo a veces...
- Debería dártelo. No se toma las traiciones nada, nada bien. Por eso me gusta trabajar con él.
Payload se comió otra pieza de sushi de salmón sintético. Otro día más, otro trabajo más.